BALSERO
La Tina, 24 de Junio 2006
No sabía porque, pero se había dado cuenta que las cosas con él eran diferentes, aún a sus cinco años notaba que hasta las caricias maternas eran con el distintas, Luego miro al piso y vio sus pies descalzos y sus raídos pantalones , sin embargo no podía entender el ¿porque?...
¡Lucho! Lo llamaron , y al volverse estaba allí su entrañable amigo, con su carita sucia, cabellos desordenados , su camisa que alguna vez fue blanca con manchas ocasionadas por el látex que brota al cortar la corteza de las plantas de plátano, con un pantalón plomo de un tirante que lo sujetaba al hombro derecho . ¿Jugamos a los carritos ¿ -Le dijo sonriendo, y éste notó que en sus manos sostenía dos envases de conserva de pescado.-¿Son de portola? – Si - ¡Vamos pues! Te regalo la más vieja, lucho aceptó ir con cierto desgano, y se dirigieron hacia una acequia en cuyas orillas hábilmente empezaron a realizar con su manitas pequeñas carreteritas por donde deslizaban sus juguetes que imaginariamente eran modernos vehículos. Súbitamente vino a la mente de, lucho el comentario de su madre - ¡En Abril irás a Celendín, con tu abuelita, por que tienes que ir al jardín!, seguía pensando jardín…jardín ¿acaso no podemos hacer uno acá? ¿Por qué quiere que vaya con mi abuelita? ¿Acaso voy a estar lejos, sin mamá, sin papá, sin mis hermanos? ¿Y quién cuidará a mi burrito, el que me regaló mi padrino Papalucho?, sintió un nudo en su pequeña y morena garganta y sin que su amigo lo notara se secó un lagrima que viajaba lentamente por su pueril mejilla
¿Que tienes?- le pregunto su amigo, -yo nada ¿Por qué?- no se estas medio “sonsalla”…. ¡Hoy no molestes!-dijo- . Se paro y encaminó a su casa , sintió recién el fuerte calor que a esas horas se siente y siguió directamente al rincón donde estaba una olla de barro , y cogiendo un jarro de metal aporcelanado saco agua , la misma que tomo …que raro se pregunto con tanto calor como se mantiene tan fría esta agua .
¡Lucho a comer! … escucho la voz de su madre, salio rápidamente del ambiente donde se encontraba para dirigirse a aquel pequeño ambiente que utilizaba su madre para cocinar y ellos para comer ,vio entonces que de la olla que estaba sobre el fogón , su madre con un cucharón metálico , se disponía a servir y uno de sus hermanos exclamó ¡que otra vez , shurumbo , su madre se contuvo y no alcanzó a decir nada …pero luego de un momento dijo : -¡Da gracias a Dios que por lo menos nos da estos plátanos , sino en este pueblo tendríamos que comer piedras! - su hermano bajó la cabeza y todos se dispusieron a almorzar
Todos terminaron su ración sudorosos, cuando el primero hubo terminado su madre le ofreció un poco más, este parándose le contestó !Ahí no más mamita, con agüita ya me lleno! Provocando las sonrisas de sus hermanos.
¡Vamos al baño!, ¡al baño! repitieron varias voces,-! vamos ¡- y como era costumbre se encaminaron inmediatamente a la parte trasera de su casa; pues por ahí pasa el caudaloso Marañón…Y como es costumbre en los balseros se meten al río a nadar…los más jóvenes hacen algunos malabares dejándose llevar por la corriente, los más pequeños como Lucho chapoteaban en las orillas y simulaban estar nadando..Sin embargo Lucho intentó zambullirse contra la corriente y cuando alzó la cabeza para tomar aire divisó a lo lejos un cerro majestuoso en el cual se notaba una línea blanca finita que se perdía al encontrarse con el cielo azul serrano. Recordó entonces que su hermano le había dicho que era la carretera de a Celendín, la misma que llegaba a Chacanto y cuyos trabajos continuaban hasta Chachapoyas; Se volteó para no mirar, para tratar de olvidar el nombre de ese lugar lejano que lo intimidaba sin saber porque. Y miró su Marañon turbulento y majestuoso, sus cerros de caolín rosado y cactus desparramados, su valle frutícula de verde hermoso, su cielo, su sol brillante. Una planta de guayaba de ricos frutos amarillentos se movían al compás de la brisa, pero entonces a él le pareció que era una mano (Una mano de su Balzas) que de él se estaba despidiendo…Salió del río, se puso el pantalón encima de la truza aún mojada, cogió su polo se lo hecho sobre el hombro y se encaminó a casa, Quería hablar con su madre, si con ella, con su padre no. Este casi no era visto y cuando llegaba a casa gustaba de estar con sus hermanos menores. Y tomando aire a fin de controlarse llegó a donde se encontraba su madre, pero antes de que dijera algo esta le dijo: ¿Ya te bañaste? ¡Ahora, anda a traer leña! Y se dio vuelta.
Lucho se encaminó a las orillas del río Marañón, pues este en sus crecidas arrojaba ramas pequeñas a sus orillas , que luego secaban con el abrasador sol y eran las que él podía recogerlas y trasladarlas , Estando en esto se sentó mirando al piso, su atención fue llamada por el movimiento rapidísimo de una lagartija que junto a otras se encontraban soleándose sobre una piedra un tanto plana , mas parecían que lo observaban y agarrando cuanta piedra estaba a su alcance empezó a arrojarlas en su afán de impactar a alguna, dio algunos brincos, en el último sintió un hincón fuerte , un dolor punzante en el talón del pie derecho, que lo paralizó, al observar vio que una espina de hualango prácticamente le había atravesado esa parte del pie, lo sacó de un solo tirón y llevándose la mano a la boca recogió un poco de saliva la que depositó sobre la herida, y tras presiones leves se dispuso a caminar , tuvo que hacerlo pero del pie herido solamente usaba la parte delantera, y en ese estado recogió las pocas ramas que había recogido y se dirigió a casa.
Llegó rengueando y se dirigió a la cocina para dejar las ramas secas, No había nadie, cerro la pequeña puerta de calamina chancada, y colocó en su lugar el alambre que servia de seguro. Para evitar el ingreso de algún can callejero. Fue entonces que escuchó unas voces...sí eran las de sus padres se acercó lentamente, no podía entender claramente solo alcanzó oír que su madre decía: ¡Sí, para eso mejor que vaya con Mamagrishe a Celendín! Y su padre acotó: ¡Si es mejor! ; Sintió que su pequeño corazón estaba a punto de estallar y que un hoyo inmenso se agrandaba en el centro de su pecho , y la garganta era oprimida por un nudo inmenso , sus ojos se llenaron de lagrimas y salió corriendo con dirección al Shacshe, a su chacra , en donde en horas de la mañana dejó amarrado su pollinito , y lloró mucho desconsoladamente , Se decía ¿Por qué.. Porque?, intentó mirar al cielo en un intento de pedir explicación al Todopoderoso, más la gigantes ramas de los mangos comunes se encargaron de impedírselo , se acercó a una acequia de regadío y tomó agua , ahora se refregó el rostro para dejarse caer sobre la hojarasca que dejaron caer las plantas de mango , casi abruptamente Y un mundo de cosas pasaron por su mente y se decía : ¡ Y si me voy al túnel de lo gentiles , y me escondo! ¡Y si me subo a vivir en la copa de los mangos! ¡Y si mejor me meto en el hueco de la chorrera! O ¡Me voy a casa de mi padrino o de mi Papaloco, es hermano de mi papá! Paralelamente sus oídos percibían el murmullo arrollador por la lejanía, del río Marañón cuyas aguas chocaban con las innumerables piedras de su cause , y ya entrando en un estado de letargo sintió un sacudón … instintivamente se incorporó ... Era su hermano mayor quién le decía : ¿ Donde has estado ¿ ¡ Hoy si..La mamá te castigará! ¿Pero que tienes? ¿Has estado llorando, mariconazo?, Lucho no contestaba; y al fin no quería entender lo que su hermano le preguntaba; sin embargo su hermano noto la tristeza de sus ojos; y como adivinando la tristeza que lo acongojaba; lo abrazo a la vez que lo encaminaba a su casa y quiso decirle un montón de cosas sin embargo no dijo nada y sacando una lima de su bolsillo le dijo: ¡toma cholo! ¡Prueba es dulcísimas! ¡No estés triste!; Lucho le recibió, y caminaba cabizbajo, llevando en la mano el fruto; a medida que se acercaba a su casa, el tormento de sus ideas le cedieron paso al temor del castigo que le esperaba, y pensaba: ¡ay, si me pegan me voy a mi papa loco! ¡ o me tiro al río!, no tuvo de seguir pensando pues una mano le tomo los cabellos fuertemente sacudiéndolo a los costados. Era su madre, ¡donde has estado cholito malcriado!, ¡ayayay, sigue dándome cólera para que veas!... ¡vaya a bañarse y cámbiese que esta todo cochino!.
Lucho ya no lloro, salio corriendo con dirección al rió marañon, se desvistió totalmente e ingreso al río, tomando aire introdujo su cabeza unos segundos, y pensaba sino podría quedarse así infinitamente, sacaba la cabeza tomaba aire y repetía la operación; ahora introdujo la cabeza hasta la altura de la vista y escucho el zzzzzt interminable y susurrante del río… ¡Luuuuchooo! ¡Luuuchooo ! Dice la mama que vayas al Shacshe y traigas el burro!
¡Luuuuchooo! ¡Luuuchooo! Dice la mama que vayas al Shacshe y traigas el burro!
Lucho se levanto se sacudió el cabello para que las gotas de agua cayeran y con su mano intento quitar las gotitas de agua que quedaron sobre su cuerpo, luego se cambio y se encamino a traer el cuadrúpedo.
Ya retornando, sintió la brisa fresca de la tarde que chocaba frente a su rostro, mientras sus pies apuraban el paso sobre el cascajo que cubría el camino, se acercaba a la iglesia y pensó, y le pidió aun caminando a la Virgen de Guadalupe ¡Guadachita, Guadachita! - le decía - no dejes que me vaya, cuando sea grande te haré tu misa pa” diciembre! e intentando hacer la señal de la cruz hizo unos movimientos confusos y bajo la vista en señal de sumisión; llegó a su casa ya cuando los pajarillos, grillos y chicharras en coro interminable reciben la noche…
La cena paso inadvertida, solo Lucho Por una situación incontrolable se apresuró a terminar su cena, agradeció y en forma inmediata cogió un jarro aporcelanado y tomó agua como se acostumbra en esas calidad tierras y salió de la cocina a la única calle que existía, vio que sus vecinos ya se encontraban apostados frente a sus viviendas y junto a sus familiares conversaban animadamente , vio que su familia se disponía a realizar lo mismo , más el no quiso estar entre ellos , por una inercia inexplicable quería estar en contacto directo con las plantas, la tierra, la piedra , el agua de su pueblo , de su Balzas, ver las luciérnagas y jugar con ellas y así se entretuvo así hasta que sus padres lo llamaron a que durmiera.
Al día siguiente tras dejar a “ Victorino” , en la chacra a que paste , al llegar a su casa vio que don Julio se encontraba conversando con su madre y en una bolsa plástica entregaba lo que al parecer eran algunos documentos , lo que en primer momento no le llamó su interes, luego entendió todo , pues al toparse con Don Julio el tomó la cabeza a la vez que le dijo : “Así que vas a estudiar .. cholo ” , en forma inmediata buscó una explicación en los ojos de su madre , esta bajo la vista y se dirigió sin decir nada al ambiente que usaba como dormitorio. Nuevamente Lucho sintió ese sentimiento de opresión en la garganta, vacío en el pecho, aceleración del Corazón y un leve estado de mareo , quiso hacer todo y nada a la vez, optó por lo último, en forma inconciente se dirigió a su cama y se dejo caer y no quiso pensar en nada y esperar que el sueño le llegara mirando el cielo por las aberturas que el endeble techo de su casa dejaba ver, acompasado por el arrullo interminable del río Marañón.
De pronto algo llamó su atención era un resplandeciente saco de harina. Muy limpio estaba junto a los pies de su madre, conteniendo algo hasta poco menos de la mitad e iba amarrado con un fuerte “Chante”, al ver que su hijo se mantenía expectante mirado en su dirección, se apresuró a tomarle su trigueña carita y besándole la frente le dijo :
- “Papaviejo, Luchito, negrito, ahora estas pequeñito, y no te puedo explicar mucho, pero cuando seas grande ya lo entenderás….”
- Mira , mañana llega a Chacanto un camión e iras con tu Mama Grishe a Celendín , a estudiar, pues yo no quiero que mi negro pase su vida acá, y viva solamente para arrear burros y quemarse bajo el sol. Celendín está cerquita e iré a verte, y te enviaré tus mangos, tus ciruelas, naranjas y maméis que tanto te gustan; Además es una ciudad bonita, hay carros, mucha gente y en vacaciones ya veras, estaremos de nuevo aquí, ya veras…
Para esto su madre ya no pudo contener los sollozos y Lucho se apretujaba contra su pecho, lloraba…. Y más que nunca sintió que el nudo de su garganta se apretaba, ella lo cargo en su brazos y aún con el corazón sin resignarse que su vástago se marchara, empezó a pasearlo en su habitación cantándole una triste canción de cuna en esa penumbra, cuando Lucho empezaba a dormir escucho que laguen se acercaba, si era su padre…sin embargo distinguió que su madre hizo una señal de silencio, este se retiró….y Lucho se quedó dormido.
Esa noche Lucho soñó y se vio jugando alegremente con sus amigos, frente a su casa, se vio luego apedreando lagartijas, chapoteando en el Marañón, riendo con su padres y hermanos, se vio juntando ciruelas y mangos, luego se vio cabalgando en su burrito, luego sus visiones cambiaron y vio a sus familiares tristes, vio a su padre jugueteando con su hermano menor y que pese a que le solicitaba a éste un cariño , se mantenía indiferente, sintió en sueños el temor que tenía al desplazarse en vehículos, aún cuando los había visto distantemente una o dos veces, vio igualmente que algo oscuro inmenso lo atraía y que pese a sus esfuerzos no podía liberarse . SE despertó asustado con el corazón palpitante, sintió su cuerpo sudoroso y entrecortadamente y sin pensarlo, exclamó: “Mamá, mamá”, el hermano mayor que había dormido junto a él le dio tranquilidad ¡Tranquilo, tranquilo, estoy acá, no pasa nada! Lucho intentó contarle el sueño, su hermano le cortó indicándole. Ha sido una pesadilla- , brindándole un calido y fuerte abrazo. Luchito – le dijo- Hermanito…Ya que aclare el día te iras con doña Grishe, no creas que no tenemos pena, yo tengo un gran dolor; No se exactamente por que te mandan, pero tienes suerte, Tu no estarás como yo, trayendo carga, arreando los burros, sacándote el ancho en la chacra, No, tu vas a estudiar serás profesional, serás ricachonazo, Lucho no entendía el significado de todo, solamente entre entrecortados suspiros trataba de acallar su llanto y dolor.
Ya no pudo dormir, hasta que sintió que alguien se inclinó sobre él, era su abuela Griselda, su cuerpo experimento un estremecimiento helado y pensó sentir que una espada incandescente le destrozaba sus tiernas carnes en el centro del pecho, luego llegó su madre ¡Luchito, Luchito! Ya apúrate, sino les ganará el carro, Lucho se incorporó sin embargo ya no lloraba, era como si su pequeña alma se había resignado a los suyos, a sus cosas a su Balzas y con la mirada fija en algún punto y con voz firme dijo : ¡Ya mamá, ya estoy listo” a la vez que se colocaba el llanque izquierdo , se despidió de su madre con un efusivo abrazo , se dirigió entonces a su padre que continuaba recostado en su cama para despedirse ( nunca supo si le escuchó siquiera y/o si le contestó algo) pues su abuela empezó a gritar ¡Luuchoooo , Luuuchoooo Yaaaaaaaaaaaa!.
Su hermano mayor los acompañó cargando el “equipaje” al salir vio el cielo azul oscuro ya pronto a palidecer, miró el cerro frente a la casa rojizo con vegetación cactea , vio algunos borbotones blancos de agua que por la acequia esculpida en el cerro de caolín , alegremente llegaba a la Chorrera , miro ahora al piso de cascajo y tierra estaban humedecidos ( Pensó MI Balzas a llorado por mi partida ) , Ya avanzando como llamado por algo volteó la cabeza con dirección a su casa , vio entonces su burrito que lo miraba tristemente desde su corral , tomó aire y le dijo a su hermano ¡ Rodo ¡ ¿ cuidarás a mí burrito? El otro sin contestar asintió con la cabeza, el camino relativamente ancho empezó a empequeñecerse cerca al peñón de roca rojiza tan abundante en la zona y un camino pequeño zigzagueante ascendente apenas delineado por el incansable trajinar de los burros de carga , los conduciría al puente Chacanto, a su costado derecho y muchos metros abajo estaba el Marañón sonoro , amenazante con su color beige ; Pese a haberlo visto muchas veces ese día le llamó la atención una piedra grande que en una concavidad de la vertiente del río se mantenía sólida como retando al gigante en una lucha de data muy antigua , su hermano lo jaloneo de la mano disponiéndole a seguir, la abuela repetía ¡ Cuidado! ¡Cuidado! ¡No vayan a resbalar, cholitos hayyy sino no para hasta el marañón! , miró el camino y una porción de roca saliente en cuya parte superior habían crecido innumerables arbustos y sus raíces corrían por su superficie intentando evitar que esta en algún momento cayera , en un momento más una bajada del camino que ya dejaba distinguir las primeras chacras de Chacanto a su vez que el camino se ensanchaba , se puso el camino más animado , las plantaciones de mango, circuelos, cada cierto espacio era cruzado por pequeñas acequias que servían de regadío , un poco más arriba se divisó ya el pueblito con casas de barro y techos de calamina , algunas se veían ya muy oxidadas pero lo que sin duda le llamó la atención fue el extraordinario puente de acero y cemento , gigante , inmenso como no había visto otro nunca……..
Así sin dejar de mirar llegaron hasta el embarcadero, para esto ya había rayado la aurora y los primeros espasmos de calor se dejaban tenuemente percibir, al fin el sonido descalabrado de un motor y latas flojas se dejó percibir , Lucho se percató que venía bastante cargado y de una u otra manera le pareció reconocer al vehículo que había visto en sus sueños, se pronto se sintió en vilo, y dos brazos fuertes lo levantaron a la casilla de madera que va sobre la cabina del conductor, en un momento vio que su abuela se acercaba a gatas con dirección a él por sobre las cargas de fruta , llegando a donde se encontraba sentándose a su costado, en un momento el camión empezó a moverse , el se apretujo del cuerpo de su abuela , volviendo la vista distinguió como su hermano se despedía levantando la mano derecha y moviéndola a los costados , fingiendo una sonrisa y con los ojos tristes, pasó un trago de saliva y escuchó internamente el pase de éste trago; Ya más tranquilo alzó la vista como queriendo mirar una vez más a su Balzas impedido por el polvo que levantaba el camión , puso solamente ver al río que tranquilamente desplazaba sus aguas , además de la parte alta del puente.
El viaje fue monótono, los cerros parecía repetirse, la carretera no terminaba, pasaron por un grupo de casas, decía que era “El Limón” le pareció gracioso el nombre y sonrió, por primera vez tras muchos días.
¡Cholo, Cholo! Esa voz despertó a Lucho de su sueño, ¡Agua, Agua! ¡Otra vez durmiendo! ¡Que te abras creído so cojudo! ¿Para eso te pago?; Lucho alzó la vista y divisó unos cerros diferentes, con bastante y colorida vegetación verde con algunos sembrios, e inmediatamente sintió el airecito helado, que aún más le hizo cobijarse dentro del Chall de su abuela, sin embargo por una pequeña abertura continuaba observando ese tipo de paisaje para el extraño, miro al cielo estaba nublado; ¡mira, mira! Exclamó su abuela y señalando con su mano, dirigió la vista el pequeño con dirección a Balzas, Lucho vio su pueblo diminuto, sin embargo distinguió la iglesia, el Shacshe, El Marañón y la única calle de su pueblo, tras un suspiro puso el rostro entre las manos a la vez que bajaba la cabeza, sintió algo, más no era nada comparado con el dolor que sintió en el pecho la noche anterior.
El frío pareció aumentar, Lucho alzó la mirada como si algo sobrenatural e incontrolable lo levantara, se encontraba en la Cima del cerro, el camión continuaba en su loca y ruidosa carrera , entonces ese algo que imponente le hacía realizar ciertos actos le dirigió la vista a un Pueblo … que tras la primera impresión , le gustó, le llamó la atención, lo atrajo, distinguió su basta campiña verde y uniforme, sus calles rectas y paralelas , sus casas de paredes blancas y techos de teja roja, y extasiado continuó observando mientras el vehículo seguía avanzando.
¡Llegamos, llegamos! Lucho se había parado y se encontraba atónito, frente a las personas que se habían aglomerado al llegar al camión, en su mayoría comprendió que eran comerciantes ávidos de comprar la sabrosa fruta balsera, nuevamente se sintió en vilo, era su abuela que a cuestas podía sostenerlo fuera de la baranda a la vez que gritaba ¡haber, alguien… que me reciba mi cholito! Hasta que el chofer bondadoso lo recepcionó y lo colocó sobre una vereda. Lucho aún absorto contemplaba la vereda de cemento pulido , siguió recorriendo con la vista y vio las calles cubiertas de piedras lizas que laboriosamente habían sido colocadas a un mismo nivel y servía como calzada, vio que al centro de la calle existía una pequeña acequia por la que corría agua un tanto sucia , miro asimismo que entre las piedras crecía tiernos y verdes pastos , el sonido y el monóxido de carbono arrojado por el camión al partir sacó a Lucho de su ensimismamiento , su abuela arrastrando dos sacos a medio llenar con sus pocas pertenencias se acercó a él y con la cabeza le indicó a que siguiera, caminado unos pocos metros e encontraban frente a un portón grande que tenía entreabierto una puertezuela , era de madera de pino sin embargo por las continuas lluvias y el sol serrano habían terminado por empalidecer su color original, ingresaron por un zaguán más o menos largo, al terminar se dirigieron a la mano derecha, allí había una puerta pequeña asegurada por un candado , ingresaron , el piso era de tierra y las paredes blancas, sin embargo se notaba claramente que necesitaba una nueva mano de pintura o “Blanqueada”.
¡ Acá vamos a vivir ¡ -indico la abuela, aun no salía en su desconcierto pero empezó a añorara a su tierra natal, el calor , el aire tibio , su vegetación , el Marañón , hermoso y su aire tibio del atardecer, su libertad de salir y jugar por donde quisiera , se sentía atrapado en un cuarto oscuro, grande , frío e inexpugnable, solo veía la luz que ingresaba por la puerta como un camino inalcanzable a la libertad, pero sentía que le faltaba fuerzas , sentía un temor a algo, no sabía que….
Voy a bañarme – dijo la abuela- la curiosidad de Lucho hizo salir temeroso hasta la puerta siguiendo con la vista a donde se dirigía su abuela, ingresó a un cuartito a donde ingresó y cerro la puerta , pensó sin embargo que tras esa puerta podría existir algún río, una posa, algo así ,Sus dudas no duraron mucho, pues en pocos minutos la abuela regresó y cogiéndolo de un brazo lo ingresó casi a la fuerza a la ducha, el pequeño salió de sus pensamientos al sentir el agua helada que corría por su cuerpo , luego fue envuelto con un trapo limpio que hizo las veces de toalla, y luego ya se encontraba en su cuarto , donde le pusieron ropa limpia aunque un poco ajada , fue al momento de colocarle el calzado, vio la viejita que los “Llanques ¡ que usaba sus nieto estaban bastante usados y sucios trato de limpiarlos, al colocarle le manifestó “ Mañana cholito, te compro tus zapatos” “para que estos shilicos no vaya a burlarse de ti” ¡ha y mañana también iremos a matricularte al jardín, ya verás que bonito es….”
¡Ahora me vas a esperar! –Dijo la abuela-! Voy a traer comida! Para esto , Lucho cansado y aún medio mareado por el trajín del viaje subió a la única cama que había en pocos minutos, quedo dormido como queriendo separarse, alejarse o escapar de aquel tomento que estaba viviendo. Siendo ya las primeras horas de la noche , retorno la abuela, a penumbras trató de ubicar al menor y tras llamar y no tener contestación , se apuró a presionar el interruptor… al fin le volvió la calma al dejarse ver la tenue luz, y a su descendiente sumido en un profundo sueño, de entre su ropa extrajo un mantel blanco conteniendo unos platos, despertó al menor y éste comió, Entonces Lucho salió del letargo que sentía tras despertarse y terminar la comida; En un momento su abuelita le enseño un par de zapatos eran los más hermosos y bellos que jamás había tenido; Su instinto de niño hizo que los atrapara rápidamente y los atrajera contra su pecho, como queriendo tener la certeza de en verdad eran suyos y que no era la prolongación de algún sueño “bromista”.
La abuela avistó la sonrisa y felicidad que reflejaba el pequeño en sus ojos, y tras colocarle las medias lo calzó quién un tanto incomodo empezó a dar algunos pasos, Pero fue interrumpido pues le abuela dijo que debía sacarse ya que los usaría el día siguiente cuando irían a matricularlo al Jardín.
En un momento Lucho nuevamente quedó dormido, como queriendo apurar al tiempo, para que amanezca más temprano, pues quería verse caminando con su calzado nuevo , yendo a matricularse a su Jardín.
La abuela se levantó muy temprano, hizo la limpieza del cuarto, procedió a asearse, Luego Despertó a Lucho quién rehusaba a dejar los brazos de Morfeo, aún entre sueños fue llevado a una pileta que se encontraba a un costado del patio del caserón.
El agua clara y helada terminó por despertarlo. ¡Apura... tenemos que ir rapidito donde trabajo y luego vamos a matricularte en el Jardín! , Retornaron a la habitación lo vistió con su ropa nueva y sus añorados zapatos; Lucho sintió la presión de los mimos en ciertas partes de los pies, sin embargo no le hizo mayor caso.
Salieron a la calle, caminando la Abuela le decía: ¡Esta es la vereda, por acá caminamos solo las personas!, seguían caminando! Este es el mercado, acá venden los paisanos sus frutas… cuando traen! !Esta es la Plaza de Armas!, Lucho alzó la mirada y vio imponente la iglesia de Nuestra Santísima Virgen del Carmen , le vino a la mente el pequeño y vetusto templo de su Virgen de Guadalupe en Balzas , SE hizo la señal de la cruz religiosamente, miró a los costados los grandes y verdes jardines, le llamó la atención la s flores de los geranios , vio algunos árboles con formas de animales , eran los cipreses trabajados artísticamente, luego de un tiempo recién supo como adquirían esas formas, siguió recorriendo con la vista los alrededores, se chocó con una casa inmensa , con muchas puertas celestes, miró en la parte alta algo le llamó la atención ¡ Mama Grishe…mamá Grishe” ¿Qué es eso? .. es una reloj, dijo la abuela sonriente. Ya había cruzado la plaza de armas en diagonal e ingresaron a una calle, Lucho trató de divisar cosas nuevas, la abuela interrumpió ¿Ves abajo?
¿Ese letrero?, Lucho alzó la vista no llegó a distinguir nada, sin embargo a medida que se acercaba fue distinguiendo uno , también pudo ver que muchas jóvenes ingresaban y salían de la casa donde se encontraba el letrero , cuando se encontraban cerca escuchó voces : “UN desayuno” “Un pancito para la señora” “acá un huevito frito”, ubicó a la persona que parecía dar las ordenes , era una mujer robusta de unos cuarenta años, de tez trigueña, ojos vivos, con marcadas arrugas en el rostro, tenía puesto un delantal un tanto sucio y sudaba copiosamente.
-¡Griselda!.. Mujer pensé que no llegarías!!Apúrate vez la cantidad de gente que hay en éste momento!.
-¡Ya señora, ahorita hago las cosas, “esque” estoy con mi nietito….! Y antes de que terminara, la primera le replicó -¡Ya anda adentro y dale algo para que coma, pero apúrate!.
Ingresaron a la cocina, era un tanto reducida, existía mucho desorden, por momentos se percibía oleadas de olor a vinagre rancio , quizás otras cosas en proceso de descomposición, un deposito plástico color celeste y unos baldes de latón a un costado del ambiente eran el lugar de trabajo de la abuela, intentó acercarse , ésta le impidió ¡NO te ensucies, espera ahorita te doy tu desayuno!, pasado un tiempo que para Lucho parecía interminable , la abuelita termino de lavar los innumerables platos , tazas y cubiertos, lavándose las manos se acercó a la cocina sirvió una taza de café oloroso, de un costalillo de harina sacó un pan y a hurtadillas tomó de un plato un pedazo de queso , y le entregó al menor que contemplaba todos sus movimientos , le pareció extraño el desayuno, pensó entonces y las riquísimas yucas con arroz , pensó pedírselo a la abuela pero se contuvo . Poco a poco el murmullo de los comensales e fue disipando hasta llegar casi a un silencio total.
¡Voy a matricular a mi nieto! Dijo la abuela a la señora corpulenta, - ¡Bueno, no te tardes! , En ese momento Lucho vio en las manos de ésta los documentos que semanas antes viera que “Don Julio” entregara a su madre, pensó entender un poco el valor de esos papeles, Cuando se dispuso a andar , tratando de seguir a la abuela sintió el dolor que le causaba los zapatos, siguió caminando cada vez con más dificultas, , de pronto llegaron a una casa, como todas pintas de color blanco, de puertas de madera celeste, ingresaron por un portón que daba a un pasadizo era empedrado como el patio y otros pasillos interiores, vio en algunas paredes dibujos con colores llamativos,, vio las carpetas alineadas , vio algunos juguetes, ha el piso de las aulas era de madera, llegaron a una habitación pequeña había una señorita sentada tras un escritorio , tenía una dulce mirada y sonrisa buena, ¿ Les atiendo? Dijo .¡He venido a matricular a mi nieto! ¡Aquí están sus documentos, la señorita tras revisar los mismos y realizar algunos apuntes, terminó diciendo ¡Ya está matriculado! Y mirando a Lucho tocándole la cabeza con su mano blanca le dijo : “Ya vez, ya eres mi alumnito” “Balserito” , Lucho se sonrió ; se dijo ¡Caramba saben que soy de Balzas” y se sintió orgulloso de su tierra natal, instintivamente tomó aire , levantó la cabeza y con altanería inconsciente e infantil se dijo : “ Ya verán quién es el Lucho Balsero”.
Su abuela lo condujo al cuarto donde vivían, ya para llegar lucho sintió que el dolor que le producía el calzado nievo se hacía insoportable , llegando de inmediato se quitó los zapatos, vio grandes ampollas rojizas, La abuela intervino y dijo ¡ No te preocupes, así es primero .. luego pasa, te acostumbras! Haciendo una mueca de sonrisa.
¡ Espérame..,.ya vengo voy a mi trabajo! Dijo la abuela a la vez que se retiraba, Lucho no tuvo tiempo de solicitar explicaciones, pues cuando quiso hacerlo ya estaba solo, empezó entonces a contemplar la habitación , no hubo nada que llamara su atención , entonces se puso a caminar descalzo , sintiendo placer recordar como momentos antes el dolor que le producía los zapatos fue muy fuerte , así salió de la habitación y se encaminó hacia el zaguán llegando a la altura de la portada observó entonces a las personas que cruzaban en direcciones distintas , bajo la mirada al piso y vio que entre las piedras que cubrían la calle estaba una pepita de ciruela , inmediatamente su imaginación voló a Balzas y recordó que en muchas oportunidades estando en su chacra cogía con su boca ciruelas totalmente rojas de las ramas bajas del ciruelo, intespectivamente un ruido ensordecedor escuchó, al volver la cabeza, le pareció que un camión que acababa de voltear la esquina se iría sobre él, dio instintivamente unos pasos hacia atrás entró al zaguán se paró luego al sentir que el vehiculo pasó por la calle directamente , fue entonces que sonrió y bajando la cabeza se decía ¡Que sonso! ¡que sonso! Espero nadie me haya visto ¡ ¡Sino se reirán de mí!
Nuevamente salió hasta la puerta que daba a la calle, quedándose observando todo cuanto pasaba frente a él, ya pasado medio día vio a unos cincuenta metros a su abuela que venía sonriendo, orgullosa y feliz de verlo tan atento y despierto , éste dio un salto y empezó a correr en es dirección , gritando ¡Mamá Grishe, mamá Grishe! , la abuela lo alzó en brazos mientras le decía: “Eso mi cholito, mi negrito, Así macho, machazo, nada de llantos Así debe ser! Continuó diciendo y disimulando la alegría que se transformaba en lágrima ligera en sus ojos dijo ¡Te he traído comida riquísima ¡.
Habían terminado de comer, cuando la abuela le dijo: “Negro, mañana a levantarse temprano! ¡Mañana empiezan las clases y hay que ir temprano! , ¡Ya verás que lindo es! , sacando una escobilla de zapatos se dispuso a limpiarlos ¡Los zapatos de un alumno nunca deben estar sucios! ; La tarde de ese día y la noche pasaron inadvertidamente, solamente al acostarse y cuando Lucho se disponía a dormir su abuela le dijo: ¡Antes de dormir, siempre hay que reza” ¡ Se debe dar gracias a Dios! Por la comida por la salud y para que la cosas salgan bien, y le hizo repetir el Padre Nuestro!
II
Los años habían pasado , Lucho era ya un niño que pese a su corta edad conocía directamente lo que era el hambre , la necesidad y el sacrificio, como no recordar que durante los meses de vacaciones al retornar a su adorado terruño , tenía que dedicarse a las labores agrícolas, las mismas que no le eran desconocidas, recoger ciruelas rojas y jugosas de fragancia exquisita, limones verdiamarillos, maméis , mangos, sacar yucas, maní, recoger sapotes, cortar cabezas de plátanos, construir “Tongos” para las ciruelas o “ tanccc” para los plátanos ; Sin embargo estas últimas vacaciones no habían sido iguales , en cuanto había llegado su padre le comunicó que tendría que trabajar en la charretera , llevando agua dulce en su piara de asnos , patrimonio de la familia.
El estruendo de los calambucos, lo estremecieron un poco al girar la cabeza en esa dirección vio el polvo que levantaba y el rebotar de las piedras de diferentes tamaños en diversas direcciones que se precipitaban en las laderas los cerros rojizos y que algunas veces golpeaban de gravedad a los cactus hasta derribarlos, Miro a su padre y éste se encontraba con el brazo estirado a la vez que le indicaba que allí era el lugar a donde esperaban el agua.
¡UN sol por viaje, cholo! Le dijo mirándole a la vez que contenía la respiración, pues por la distancia, sabía que solamente podría hacer un viaje o dos por día si es que se levantaba muy temprano.
Un sol el viaje – se dijo – creo que hasta carnavales son S/. 120 soles, podré comprarme mi uniforme comando nuevo, mis zapatos y medias, mis útiles, también ropa para la calle ¡Ya no estaré tratando de que mis compañeros miren mi uniforme viejo y remendado! ¡Podré estar con ellos y jugar sin necesidad que me den miradas lastimeras!.
Un golpe en la espalda lo sacó de su ensimismamiento , doce barriles metálicos de regular tamaño estaban tirados frente a sus ojos, apareció entonces “papaloco” era su tío padre .un hombre ya maduro, de buen corazón cuyo sobrenombre se debía al hecho de hablar las cosas de manera directa, sin medias tintas, sumado a su peculiar manera de vestir , un sombrero de palma inmenso medio enmohecido por el uso y la humedad , barba descuidada, torso desnudo y un pantalón oscuro usado y sostenido a la altura de la cintura por un “Chante” , además de unos llanques ya bastante gastados. Quién le increpaba a su hermano como es que semejante trabajo le había encomendado a su menor hijo, a Lucho le decía a su vez ¡No te preocupes papaviejo, yo te ayudaré... Carajo… han visto!
Alistaron las acémilas, y con los cilindros vacíos se dirigieron a la “Chorrera”, éste era un canal trabajado en roca viva, que traía agua desde unos 15 Km. Aprox., nadie sabía en el pueblo, quién ni cuando lo hicieron, los pobladores más antiguos se limitaron a decir que eran “Los Gentiles” sin embargo su nombre se debía a que para llegar al pueblo descendía casi verticalmente, dejando entrever desde lejos su aguas saltarinas, además de un gran ruido al chocar los miles de litros de agua contra la roca del piso.
¡Ha bruto hombre! Se dijo ¡Estos cilindros pesan como los mil demonios! intentó varias veces hacerlos girar, sus nueve años no le permitían ¡ up papaviejo!!Uppppp papaviejo! , escuchó la voz de su tío el mismo que iniciaba su ascenso a la chorrera, Lucho sintió mucha alegría, a la vez que asustaba con una pequeña piedra al pollino que se cruzaba en el pequeño camino, llegó el tío un poco agitado, jaló la soga, calculó mentalmente, la hecho sobre la rústica montura que reposaban sobre el animal se aprestó y luego alzó risueño, el cilindro metálico, se apoyo a un costado del animal, ¡Pasa la soga cholo! ¡Alcanza, y empuja un poco! , con manos hábiles hizo un lazo y muy rápidamente ya colocaba al otro lado otro cilindro ¡Anda , amárralo… Listo Cholo, ahora los otros….!
Quince minutos luego, los tres brutos cargaban 100 litros de agua aprox. Cada uno, para esto Lucho se había aprovisionado de un buen número de piedras, si tenían que ser abultaditas, redondas, no paltanchitas, ni angulosas, “el jebe” estaba envuelto en la muñeca izquierda, las gotas de sudor iniciaban su camino descendente sol hacía sentir si eterno trabajo, los mosquitos a chupar sangre, los lameojos en lo suyo , el inestable cascajo pretendía hacerlo caer, miro un instante en dirección a la carretera, los cerros rojizos de caolín , los cactus separados, se veían aún más lejanos y mucho más la línea blanca que era la carretera, tomó aire tibio adrede y exclamó: - ¡Vamos carajo , vamos ¡ ¡Vamos burritos , vamos! , y con fuertes palmazos en las ancas a los asnos los hacía iniciar su trayecto.
-¡Así cholo, así, despacito no importa la cosa es que llegues bien, te voy a estar mirando! Dijo el tío, a la vez que con la mano en alto le hacía la señal de despido.
El camino si que era sinuoso, y predominaban las subidas, bueno camino es un decir, la verdad es que si era uno era uno diminuto, creo que solo cabían los cascos de los jumentos, ¡Ya... Ya... arriba, arriba! Gritaba Lucho , sendos hondazos en las ancas ,cuando un animal osaba pararse o desviarse, ya había avanzado un buen trecho el niño arriero , distinguió de pronto gotas de agua en el camino, detectó que procedía de uno de los cilindros del segundo animal , se acercó, vio que salía por una parte desgastada de éste, trató de acomodar el cilindro , no supo si por el esfuerzo físico supremo realizado o por algún nudo que cedió de repente sintió que el cilindro lo aplastaba, no llegó a más el pobre animal con la finalidad de equilibrar el peso , hacía esfuerzos inusitados y caminaba hasta graciosamente , a Lucho le parecía lógicamente no le hizo gracia mucha hasta muchas horas más tarde.
Cuando parecía que el cilindro se caían y el animal no daba más , el camino se extendía , los animales entonces se sobrearaban , y cuando estaba en el limite del no saber que hacer, alzó Lucho la vista y fue una alegría inmensa al ver que en sentido contrario bajaban dos burros , con Beto, si el grandulón, el flaco de los dientes careados, el que coqueteaba con Irene, quién dejando ver su triste cavidad bucal, riendo se burlaba - ¡ Ya vez Luchito, tu no estas para esto, esto no es la escuela de Celendín, esto es para hombre, para Balseros!-
Sin embargo automáticamente, cogió la soga del animal que tenia el barril ladeado, -¡Agárrala” dijo, dio la vuelta tras el mismo, se colgó con toda su fuerza y peso , del cilindro que estaba más alto, lo equilibró, ajustó los lazos , hizo dos nudos más con la soga, terminando por decir : ¡ Ya cholo, ahora si pues! – y lanzando un manotazo al animal quién con justa alegría empezó a trotar mucho mejor que los otros.
Eran dos horas de ascenso continuo , dos eternas horas de sol, dos eternas horas de caolín que arreciaba el calor del sol, sin embargo la paradoja era casi jocosa, llevaba agua, giraba la cabeza y veía abajo el caudaloso marañón, a un costado las aguas blancas saltarinas y heladas de la “Chorrera” y sin embargo él se moría de Sed y cansancio , ¡Fue una burrada “- decía ¡No traer un poco de agua!, intentó remediar esto con las diminutos gotas de agua que salían de un cilindro, ¡Carajo… esta agua está a punto de hervir…! Lucho pretendía, quería ver agua en cualquier parte, creo que estaba a punto de alucinar ver agua en cualquier punto de la inmensa mole de caolín, ante sus ojos incrédulos de pronto vio un árbol de “Pate”, corrió como loco, su manos insensibles escarbaron el cascajo casi incandescentes, continuó y logró alcanzar dos grandes tubérculos, los que ávidamente los estrelló contra una piedra, y una vez abiertos por los golpes, con sus dos manos y todo su esfuerzo, exprimió su liquido elemento, fresco, acidulce ¡ Ho momento divino! . Igual procedimiento hizo con otros tubérculos
Y cuando estuvo saciado exprimió parte de los mismos sobre la cabeza y su rostro.
Alzó la cabeza y solo distinguió unos de los animales , el rezagado, empezó a movilizarse muy rápido y tras correr unos minutos se encontraba nuevamente en la retaguardia de la Piara..
Era ya medio día, el sol como nunca ese día arreció sus fuerzas, Lucho se había sacado el viejo polo, y lo portaba ahora como turbante, su torso canela que estaba a merced de la inclemencia solar, ya se dejaba notar muy rojiza, Al fin logró llegar a la carretera afirmada, y cuando aligeraba el paso, un obrero con un casco marrón viejo, gritó “ Agua “agua”, ¡llegó el aguatero! , Súbitamente el cansancio para Lucho, desapareció, la sola mirada de cada uno del casi centenar de obreros que le daban tácitamente su agradecimiento por la llegada del vital elemento era más que suficiente.
Un hombre de aspecto diferente a los demás, hizo parar a la bestia, tenía un polo sucio sin embargo se distinguían colores múltiples, un blanco casco limpio y cuidado, pantalón Blue Jean un poco gastado, y unos zapatos grandes amarillos que dejaba leer la inscripción ¡Caterpillar! ¿Con quién has venido? - ¡Solo! Contestó Lucho, ¡carajo! Y nadie de tus familiares pensó que esto se podía voltear, y caer encima, a la vez que incrédulo miraba a los obreros que se habían acercado curiosos.
-¡Ya rápido! –Dijo a los obreros -¡Ayuden a bajar el agua!, ¡Rápido! ¡Porque aquí el “campeón” está haciendo trabajo de grande, y hay que reconocerlo!.
Lucho se sentía alagado, la palabra “campeón” fue para él como un néctar, un elixir, que lo reconfortó de sobremanera” , en ese instante pensó que el sacrificio que había realizado en realidad no había sido tal, tal vez fue un esfuerzo quizá hasta un buen esfuerzo, nada más ; Olvidó entonces el momento en que las fuerzas parecían abandonarlo y del cilindro que estuvo por aplastarlo y sabe Dios con que resultados, olvido los momentos de sol inamovible sobre la cara, olvido la saliva seca llena de polvo entrar en su garganta , olvido la áspera lengua que cual lija raspaba su infantil garganta, si lo , olvidó Y con seriedad y humildad mal disimulada se dijo ¡ Puedo hacer cosas Mayores!
La parte de la roca que quedaba de aquel cerro rojizo , le sirvió como sombrilla, observó a pocos metros , verdes lagartijas que con vivos y abiertos ojos y movimientos rápidos de sus cabezas , distraían su mirada , tras unos minutos de letargo, el hombre de casco blanco lo llamó : ¡Avanza Cholo! Le dijo- tienes que dar otra vuelta , hubo alzado apenas la vista cuando dos obreros ya se encontraban frente a él con sus jumentos, plomos, tristes, cansados, movían lentamente su cola, para espantar las moscas muy pocas a esas horas, habían acomodado cuatro cilindros vacíos en cada uno; la vuelta fue muy fácil aparentemente, Lucho hábilmente buscó caminos aún poco descubiertos, mucho más cortos., aunque no siempre más fáciles , cuando los animales avanzaban en esas bajadas, daban tumbos graciosos, parecían bailes imaginarios….
El vértigo que sintiera momentos antes por las lisonjas de los adultos, fue desapareciendo, los jumentos se dispersaron varias veces y en igual número tuvo que ingeniárselas para unir la piara, El animal que en el ascenso la tuvo más difícil ahora alegremente retozaba , los primeros ciruelos que daban la bienvenida a su pequeño pueblo ya estaban cerca aunque el improvisado camino le había desviado un poco, continuó sin embargo, al fin pudo ya ingresar en la única calle del pueblo, saliendo del Shacshe , miró las primeras descuidadas casas , una que otra presentaba algún resto de pintado con tierra blanca traída de Celendín; Al momento se persignó, estaba ya frente a la pequeña y descuidada iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe , Pensó para sí mismo ¡ Algún día te arreglaré, y a ti “Guadachita” , te vestiré con tu manto celeste e hilos de oro o plata, llenaré tus iglesia con flores multicolores, llenaré tus alrededores con castillos (juegos pirotécnicos) y elevaré globos que se eleven mucho… mucho! ¡ S i se elevarán mucho que hasta en Celendín se darán cuenta que estás de fiesta! , y haciendo un circulo con el índice y el pulgar de la mano derecha lo acercó a sus labios a la vez que se dijo : “ ¡Lo Juro!.
La primera acequia de agua bailarina cruzaba éste tramo de la calle, los animales se habían abalanzado a beber, el se colocó a cierta distancia antes de ellos y bebió trago a trago con placer inmenso la inagotable agua que discurría.
¡Mi Cholo! ¡Mi Cholito! ¡Mi Negro! ¡Mi Negrito! Escucho decir y reconoció de inmediato la inigualable voz de su abuelo, ¡Lo hiciste carajo! ¡Lo hiciste! Le decía a la vez con aire paternal lo alzaba en brazos, fue un momento de felicidad y de calor humano que lastimosamente muy poco sentía en su seno familiar y tras pocos minutos, cruzó por su mente el deseo de que su padre alguna vez lo pudiera alzar así y con igual ternura y alegría lo que el pensó que no se daría nunca… y así fue
Llegó a casa, era su deseo tomar sus alimentos, para realizar el segundo viaje, ¡Mamá sírveme rápido! , -¡No te apures! Contestó esta - ¡Tu Rodo ya se fue con agua, prestando pollinos de Papalucho, pues te has tardado un poco! ¡Deben ser 20 minutos que salió! ; No fue una afrenta fue un puñal helado directo a su orgullo y al naciente joven que lograba l que se proponía, se levantó casi automáticamente y empezó a correr, con coraje, con ira consigo mismo, Y ni aún por su propia madre quería ser tratado como inútil, Pasó una hora aprox. Que logró divisar a su hermano Rodolfo, su alta estatura. Su cabello castaño su piel del cuelo y pecho colorada lo hacía inconfundible, lo distinguía claramente ¡ Fuiiiiiiit! ¡ Fuit! ¡ Rodoo! ¡Rodo!, éste escuchó y volvió la mirada, miró entonces en dirección de su pequeño, delgado, trigueño y lacio hermano que jadeante intentaba llegar a su lado; ¿Porque has venido? ¡Cojudo! - ¡No hermano, esta es mi chamba y yo, la cumplo! Respondió Lucho, -¡Pero negro, yo te iba a dar el dinero del viaje! - ¡Gracias pero no… es más creo que debes regresarte! , su hermano lo miró con ojos interrogantes y con desgano trató de explicarle que podría alcanzarle la noche al retorno, ¡No me importa… ándate! Casi gritó Lucho, Rodo lo miró encolerizado y dándole un palmazo en el hombro le dijo :! Tu lo quieres, conste que no respondo!
Lucho tomó el mando de la Piara, mirando a su hermano que movía la cabeza de lado a lado en señal de negar algo, a la vez que se secaba con la manga del polo el sudor de su frente, lo seguía con la vista, y decía ¡ Ha negro! ¡Negro terco… terco! ; Cuando se encontró nuevamente solo, empezó a sentir los estragos del cansancio y del sol, si eran las tres de la tarde aproximadamente, ¡horno! ¡Infierno! Fueron palabras que continuamente se cruzaron por su mente, Superó eso pensando que a eso de las cuatro empezaba la “fresca” esas corrientes divinas de aire frío, que tanto anhelan sus paisanos , y sobre todo él ahora lo necesitaba mucho más… Al fin cerca de la seis alcanzó la carretera, los obreros que ya descansaban de su trajín diario lo vieron pasar, lo saludaban y aplaudían diciendo ¡Llegó el Campeón ¡ ¡ Llegó el campeón! , nuevos abrazos y hurras… ha también hubo algunas sonrisas.
¡Déjense de cojudeces, carajo, el muchacho tiene que regresar, y casi ya es de noche! Gritó alguien , casi de manera automática los borricos estaban nuevamente cargados con cilindros vacíos, unos brazos enormes y fuertes lo colocaron en el anca de uno de los burros, un palmazo hizo que el animal saliera trotando, Lucho se agarró como pudo, sus dedos se cogieron de las sogas que aseguraban los cilindros , y aunque hubiese querido caminar por comunidad, enganchó sus brazos en las sogas y de tumbo en tumbo debido al desaforado trote del jumento llegó a Balzas siendo ya de noche, Balzas con su calle oscura lo esperaba, la gente tendida fuera de sus viviendas lo veían pasar , llegó a casa sus hermanos lo esperaban, cuando esperaba alguna palabra de ánimo por alguno de sus familiares , apareció Rodo : ¡Por tu culpa me han resondrado! – Lucho respondió! ¡No importa, hermano ya te las pagaré!, ambos esbozaron una sonrisa, en esos instantes empezó a sentir un ardor en los brazos y manos ocasionado por el rozamiento continuo de la sogas, no le dio mucha importancia, saludo a sus padres, sacó un pedazo de jabón “pepita” y se dirigió rumbo al marañón sus aguas heladas y refrescantes fueron en belicoso momento que por ratos lo hizo olvidar todo, regresó fresco pero con el cansancio concentrado, un plato sopero que contenía arroz y un guiso de plátano verde fue devorado, un jarro de metal aporcelanado conteniendo chocolate frío le fue alcanzado lo tomó con verdadero encanto, con placer , para esto ya su familia se encontraba fuera de la vivienda, tirados descansando en una estera en el piso, uno de sus hermanos lo llamó, arguyó estar cansado, llegó a su “para” y cayó casi desvanecido , soñando en lo que podría lograr mañana…
Esas “vacaciones” se hicieron rutinarias, las sendas que recorría día a día se fueron haciendo cada vez más familiares, la verdad es que para finales de marzo , ya fácilmente hacía tres viajes por día, lo que significaba un mayor ingreso económico, Una noche sacaba cuentas mentalmente , ¡Mi pasaje a Celendín .. S/.5.00! ¡Dos soles por un poco de fruta que lleve, son siete!; Pantalón, camisa, cristina, zapatos, casi 95 soles, Caramba si sobra, ayudaré a mi abuelita Grishe”... y con una sonrisa en los labios adelantaba esa alegría
El día anterior a su viaje fue ajetreado, cosechar naranjas, amarrar la carga, los plátanos, la ropa, a medida que avanzaba la hora era más difícil controlar los sentimientos encontrados de ansiedad, tristeza , esperanza que aunque fuera a última hora recibiera el tan anhelado abrazo y quizás un beso de despedida de su padre ; estas cosas lo desconcentraban. Quiso entonces pasar un buen rato con su madre, tenerla cerca, percibir su aroma a fruta fresca, sentir su calor, mirarse en el verde color de sus ojos, y que sus manitas con miles de horas de trabajo lo pudieran acariciar, era lo más grande lo más divino lo más placentero que podía pedir, que sean cinco, dos uno… ¡aunque sea un minuto de ella solo para mí! , ¡Solo eso que me durará todo un año, todo un año…! se decía.
Su madre adivinando su deseos, al verlo lo trajo hacia ella, lo dejó reposar en su seno, y con sus manos lo acariciaba, sus hermosos ojos parecían decirle ¡Quédate, Que te quiero mucho! Más el sabía que lo amaba y no era necesario que lo dijese; Este corto pero interminable momento acabó al escuchar que sus hermanos se acercaban junto a su padre, ellos se pusieron de pié.
Su padre lo llamó le intentó explicar que sus hermanos eran muchos, que no había trabajo y que no podía apoyarlo económicamente a la vez que le acercaba dos billetes de una libra cada unos (diez soles) recordando la pobreza de sus hermanos, y los malabares que su madre hacía para alimentarlos, no los aceptó y aunque su padre hizo el intento de molestarse en primera instancia no hizo cambiar su parecer, Después Lucho pensaría ¡ Creo que en verdad nunca pensó entregarme”.
El dinero que había ahorrado “sol a sol” los tenía en el bolsillo derecho del pantalón y que la noche anterior fue cocido con un fuerte hilo para que no se le fuese a caer, esa noche quiso despedirse de su Balzas de manera especial, bajó a la orilla del río Marañon se acomodo en un banco de arena y así recostado en la Playa se puso a observar el cielo infinito, ni el sonido ensordecedor le sacó de su ensimismamiento, era un momento de relax al máximo, las pequeñas oleadas de agua que le llegaban a la orilla parecían saludarlo o despedirse o ambas cosas pero también le gritaban “Vuelve”
La noche llegó serena, la luz de la luna parecía haberse esmerado o esperado esta noche para poder contemplarla, las copas de los árboles grisáceos a esas horas por la luz lunar servían de cómodo escondite de las luciérnagas, por momentos parecía existir un contubernio para que los millares de insectos del valle se callaran y dejaran reposar al espíritu inquieto de Lucho. Para esas tempranas horas de la noche se veían como los pobladores salían a “la fresca” recostándose en el frente de sus inmuebles sobre cualquier material ligero que les permitiera tener a plenitud esas horas de descanso obligado para su piel, a momentos de algunas casitas se veía las bocanadas de humo de algún fumador empedernido, un sonido bastante conocido llegaba a los oídos, el sonido de llanques arrastrados contra el cascacajo solamente podían ser de una persona, el “Cashque” un hombrecito diminuto, de tez calara, ojos vivaces , se acercaba con una alforja pequeña sobre el hombro derecho, y en la mano cogiendo el nylon del anzuelo del que pendía un “Boquichico” , parecían venir silbando algún huayno pero que francamente le fue imposible identificarlo , sin embargo pasaba con cierto aire a satisfacción , a medida de que Lucho intentaba entretener su vista sobre ese personaje este se fue empequeñeciendo más y más hasta que se fue totalmente de su campo visual ; Poco a Poco y a medida de que cierto airecito se dejaba sentir las familias se recogían al interior de sus habitaciones, la familia de Lucho una de las últimas el intentó quedarse un poco más sin embargo desistió de su actitud, Se dirigió al ambiente donde previamente en horas de la tarde había acomodado un estera de junco, al ingresar al mismo sintió un agradable olor a naranja fresca, se acomodó y se quedó dormido
En cierta hora de la madrugada sintió algunos movimientos, agudizó el oído, se dio cuenta que del corral trasero de la casucha sacaban los jumentos, de pronto distinguió que era su hermano, únicamente por el sonido de sus bruscas respiración, se apuró en levantarse, salio al patio se acomodó las cargas de fruta y unas pocas pertenencia y ya se encontraban encaminándose al Puente Chacanto, de pronto el sonido del destartalado y único camión que hacía el servicio se dejó escuchar , un temblor de pronto recorrió su cuerpo, la imagen fija de la primera vez que viajara junto a su abuela y el temor que sintió se hizo nuevamente tan real, respiró hondo una bocanada de aire tibio se controló , en un momento y ya se encontraba en la parte superior del camión, su hermano Rodo con el “Chulio” levantaron las cosas rápidamente , el movimiento del camión hizo volver la cabeza a Lucho y logró ver a su hermano sonriente que alzaba la mano y la movía de lado a lado en señal de despedida, el polvo levantado por el armatoste hizo que pronto se perdiera esa imagen.
Llegó a Celendín, en hrs. Aún de la mañana, pese a que esperaba encontrar a su abuela sonriente y cariñosa , no fue así, no había nadie en el portón de ingreso, pasó el zaguán aligeró el paso vio apenas entreabierta la puerta de su cuarto , empujó ésta impulsivamente agrando sus pasos , y vio en la cama apenas esbozando una sonrisa a su abuela Grishe , al observar el entorno inmediato fácilmente apreció que debería haber estado en esa critica situación cuanto menos dos o tres días, , se apuró a preguntar sus dolencia, a las que la abuela respondía minimizando , con el dinero que tenía se abalanzó a la calle a traer algún alimento , lo que bien recibido por la abuela ,! Cómprame dos Criogenine ¡, ,! Cómprame dos Criogenine, le decía la abuela, esto ya me pasará, en fin la enfermedad pasó a pocos pero la abuela se sobrepuso, creo que la sola presencia de Lucho le hizo recomponerse y dedicarse de inmediato a sus obligatorias labores, Esta fue una constante, durante los años que duró su instrucción primaria , su admiración por su abuela era mayor, ya que la pobre con mil y un oficios se supo acomodar para no hacerle faltar nada, al terminar el quinto de primaria, supo que debería trabajar más y más esas “vacaciones” , la educación secundaria tendría más exigencias y consecuentemente más gastos habría. La Gran Unidad Escolar Coronel Cortegana le abrió sus aulas primero y segundo año fueron años en realidad de prueba, su esfuerzo lo dio al máximo , lo que se tradujo en calificaciones nada despreciables, sin embargo también tubo que soportar la interminables burlas de compañeros de aula y de otros años que mayormente lo sobrepasaban en años , ¡Burro Balsero” “Plátano Verde”, era en otro insultos los que soportaba, pero a medida que su desarrollo de adolescente se realizó hizo a más de uno tragar su palabra a golpes a puño limpio, a veces hasta con sangre, es así que para el tercer año de secundaria solamente lo llamaban “Balsero” “ Lucho Balsero” con respeto , y consideración.
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